Aún no es accesible, asequible ni generalizado: activistas aprietan las tuercas a la nueva propuesta de la UE sobre el derecho a reparación

por Cristina Ganapini

martes 4 de abril de 2023

por Cristina Ganapini

martes 4 de abril de 2023

Traducción al castellano del artículo original de Cristina Ganapini, Defensora del Derecho a Reparar, en la web de Right to Repair.

Tras dos retrasos de última hora, la Comisión Europea presentó el 22 de marzo un texto muy limitado pero esencial, la “propuesta de la UE sobre el derecho a reparación”. Desde Derecho a Reparar (R2R) acogemos con satisfacción este paso adelante, pero observamos la falta de ambición de la UE para hacer de la reparación una realidad asequible. Una vez más, se pierde la oportunidad de hacer universal el Derecho a Reparar.

La propuesta no aborda las cuestiones candentes de la asequibilidad de la reparación -a pesar de pretender hacerlo- y de las prácticas anti-reparación. La propuesta se centra en reducir la sustitución de productos dentro de la garantía legal, exigiendo al canal de venta que repare cuando los costes sean iguales o inferiores a la substitución. También obliga a fabricantes a ofrecer una opción de reparación más allá de la garantía, pero sólo para un conjunto muy limitado de productos (entre ellos, por ejemplo, lavadoras domésticas, secadoras, aspiradoras, lavavajillas y, en un futuro próximo, teléfonos inteligentes y tabletas). Sin embargo, este planteamiento no aborda el coste de la reparación: exigir a fabricantes que ofrezcan un servicio de reparación no significa que vaya a ser asequible, y la legislación propuesta tampoco cubre el coste de las piezas de recambio. Para que la opción de reparación sea confiable debe ser accesible, asequible y generalizada.

Algunos pasos en la buena dirección

Entre los pequeños logros, la propuesta introduce la obligación de que los Estados miembros creen plataformas nacionales en línea para registrar a las empresas reparadoras, restauradoras y compradoras de bienes defectuosos para su reparación, con la posibilidad de ampliar su alcance para incluir las relaciones entre empresas, así como las iniciativas comunitarias de reparación. Acogemos con satisfacción esta propuesta como un primer paso para apoyar a la ciudadanía que busca opciones de reparación o puntos de reciclaje para sus viejos dispositivos. También es un paso importante para legitimar el papel de empresas independientes de reparación a la hora de ofrecer soluciones en caso de avería del producto (por ejemplo, obtener acceso a piezas e información).

Otra pequeña mejora es que, a petición de consumidores y consumidoras, las empresas reparadoras deberán presentar un presupuesto/estimación de reparación armonizado denominado “Formulario europeo de información sobre reparaciones” que incluya información obligatoria como el tipo de reparación sugerido y su precio o, si no se puede calcular el coste exacto, el método de cálculo aplicable y el precio máximo de la reparación. Desgraciadamente, aunque esta información es esencial, la armonización de presupuestos sugerida no hará automáticamente asequible cualquier reparación. Al presentar la propuesta, el Comisario europeo Reynders subrayó que la herramienta hará que la reparación sea asequible, al crear un entorno competitivo para las PYME de reparación. Pero consideramos que esto es insuficiente, si no se aborda el elevado precio de las piezas de recambio, así como otros obstáculos a la reparación.

Principalmente, la propuesta se centra en la reparación durante las garantías legales y la reparación dentro de las redes del fabricante. Por un lado, introduce la obligación al canal de venta de reparar los aparatos dentro de la garantía legal, pero sólo cuando el coste de la reparación sea igual o inferior al de la sustitución.

Dar prioridad a la reparación frente a la sustitución es la dirección correcta para reducir la huella medioambiental de los residuos innecesarios. Sin embargo, la obligación, tal como se propone, sólo se aplicaría a una parte muy pequeña de los casos de la vida real. Además, la Comisión no aclara quién debe verificar si una reparación es más asequible que una sustitución ni con qué metodología.

La propuesta deja completamente de lado el potencial de economía circular de empresas independientes de reparaciones. Abogamos por un derecho universal a la reparación: las personas consumidoras deben tener derecho a solicitar la reparación a cualquier profesional que elijan, también durante el periodo de garantía legal.

Por otro lado, la propuesta introduce la obligación para fabricantes de reparar más allá de la garantía legal, a petición de consumidores y consumidoras, si el producto en cuestión está cubierto por medidas de diseño ecológico para la reparabilidad.

Una vez más, esto se aplicará a un conjunto extremadamente limitado de productos, y no se prevé nada que garantice la asequibilidad de tales reparaciones. Dado que las empresas fabricantes de equipos originales determinan el precio de las piezas de recambio y pueden impedir el uso de piezas de terceros mediante la serialización del software, la presión competitiva de otros talleres de reparación es muy escasa o nula. Por lo tanto, si la desventaja competitiva de los talleres independientes no se aborda en las futuras negociaciones de la propuesta, las empresas autorizadas de fabricación de recambios (las llamadas OEM) seguirán teniendo un gran control de la reparación, lo que no ayudará a reducir los precios de reparación. Además, al limitar la gama de productos cubiertos a los que ya lo están por el diseño ecológico, esta legislación no cambia las condiciones de reparación de una gran parte de los productos de consumo.

Aún estamos lejos de un Derecho a Reparación universal

La propuesta de la Comisión se centra principalmente en el papel directo de los canales de fabricación y venta y sólo cubre una pequeña parte de los casos de reparación. Sin embargo, la potenciación de las redes de reparación independientes es esencial para generalizar la reparación y garantizar su asequibilidad. Por lo tanto, nos parece muy problemático que nuestras demandas de un derecho a la reparación verdaderamente universal no se tengan en cuenta en la propuesta de la Comisión.

Al no garantizar un acceso horizontal y equitativo a la reparación, la Comisión va a seguir desperdiciando recursos preciosos en una montaña creciente de residuos electrónicos peligrosos. En el contexto geopolítico actual, se trata también de una oportunidad perdida para reducir nuestra dependencia de materias primas y componentes críticos importados del extranjero. Como documenta el propio servicio de estudios de la Comisión Europea, el fomento de la reparación crearía puestos de trabajo locales, ya que se trata de un sector relativamente intensivo en mano de obra, local y con escasas barreras de entrada a la cualificación.

Cristina Ganapini, Coordinadora de la coalición Derecho a Reparar Europa, declaró:

“Acogemos con satisfacción este intento de hacer más accesible la reparación, especialmente mediante la introducción de registros en línea para empresas de reparación y la armonización de las estimaciones de costes. Sin embargo, la Comisión ha desaprovechado la oportunidad de abordar concretamente las cuestiones candentes de la asequibilidad de la reparación y de las prácticas contrarias a la reparación. Necesitamos un derecho verdaderamente universal a la reparación que incluya a empresas proveedoras independientes y garantice el acceso universal a piezas de recambio, manuales de reparación y herramientas de diagnóstico asequibles.

Las obligaciones concretas de reparación propuestas son demasiado limitadas para provocar la revolución de la reparación que necesitamos. Pedir a empresas vendedoras que reparen durante los dos primeros años, pero sólo cuando sea más barato que la sustitución, y conceder a las personas consumidoras acceso a la reparación después de la garantía, pero sólo para unas pocas categorías de productos, simplemente no es suficiente. Pedimos al Parlamento Europeo y al Consejo que aumenten la ambición de esta primera propuesta de derecho a reparación en la UE”.

Claire Darmon, responsable de Asuntos Públicos de Swappie, ha declarado:

“La legislación en materia de consumo debe promover un derecho universal a la reparación, en el que cada consumidor y consumidora de Europa tenga la posibilidad de solicitar una reparación a la empresa proveedora de su elección. Las empresas proveedoras de servicios independientes deben tener la oportunidad de competir con empresas fabricantes y vendedoras ofreciendo sus servicios, tanto dentro como fuera de los periodos de garantía. Tenemos que prohibir a fabricantes que restrinjan las reparaciones independientes mediante prácticas limitadoras como la serialización de componentes y el emparejamiento de software. Esta es la única manera de promover eficazmente la reparación frente a la sustitución e impulsar pautas de consumo más sostenibles.”

En palabras de Katrin Meyer, coordinadora de Runder Tisch Reparatur:

“Facilitar a las personas consumidoras la búsqueda de servicios de reparación de calidad es un paso importante hacia el derecho a reparar. Sin embargo, sólo conducirá a un uso más sostenible de los recursos si bajan los costes de reparación. Y contrariamente a lo que comunica la Comisión Europea, la propuesta de hoy no aborda la asequibilidad de la reparación. Las reparaciones caras son la razón número uno para que no se opte por una solución de reparación. Necesitamos recambios asequibles, tenemos que facilitar el uso de recambios de segunda mano y de terceros, y necesitamos sistemas de financiación como la bonificación por reparación para animar a consumidoras y consumidores a reparar sus cosas.”

(Contacto de prensa en el artículo original)

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.