El “making off” de un proceso de empoderamiento

por Enginyeria Sense Fronteres Catalunya

miércoles 4 de marzo de 2020

por Enginyeria Sense Fronteres Catalunya

miércoles 4 de marzo de 2020

El “making off” de un proceso de empoderamiento

Amaneció nublado y con amenaza de lluvia, lo que después de días de mucho calor no debería ser un mal plan, pero resulta que hoy era día de grabación de las cápsulas de video y eso convertía a la lluvia en un muy mal plan.

Vestirse rápido, peinar a la nena, acompañarla a la escuela y regresar a casa a desayunar. Momento para compartir los 15 minutos del desayuno con mi pareja y el ordenador portátil, ya que aún debía terminar el power point para la presentación de la ESCUELA DE FORMACIÓN DE LÍDERES Y LIDERESAS NORTE AMAZÓNICAS EN LA GESTIÓN COMUNITARIA DEL AGUA. Repasar los guiones de las cápsulas de video quedaba para la media hora de margen antes de iniciar el evento de la escuela de formación.

Llegué puntual a la oficina, tenía 30 minutos de reloj para revisar, modificar e imprimir los guiones. Conecto el portátil y suena el teléfono, un mensaje. Miro el número, es Alicia, la vicepresidenta de la Asociación de Juntas de Agua. Me informa que ya hay gente en el lugar del evento. Le llamo y le digo que estaré allí puntual, pero que aún quedan 25 minutos para que inicie el evento.

Al fin logré concentrarme, tenía 20 minutos. Suena el timbre de la oficina, llegó el equipo de grabación que, como iban temprano, decidieron venir primero a la oficina. Obviando toda regla y protocolo frente al coronavirus, saludo con beso en la mejilla y les ofrezco una taza de café sin limpiarme las manos con gel antiséptico.

Quedan 10 minutos para que inicie el evento y el lugar se encuentra a unos 8 minutos de la oficina. No sirve de nada retomar la tarea, mejor me llevo el portátil y la impresora al evento.

Llegamos con 2 minutos de anticipación a la hora programada, como si de un reloj suizo se hubiera tratado nuestro traslado, y con 32 minutos respecto la hora en que finalmente inició el evento. No importaba, los 30 minutos extras ganados por la impuntualidad generalizada de la gente tampoco podrían dedicarse a los guiones.

Se acabó el evento, era momento de grabaciones. En ese momento ya llovía fuerte. Las grabaciones serían en interior, sobre fondo monocolor y pasando calor. Silvia y Mónica se mostraban inquietas, cuchicheaban, risas nerviosas, lo de hablar delante de una cámara no les gustaba y no hacían nada para disimularlo. Niles se mostraba firme, nunca mostraría una debilidad ante el resto de compañeras y compañeros. Jonathan era el novato, aparentaba tranquilidad ante el resto, pero también se le notaba cierto nerviosismo.

Entre las 4 conversaban sobre cuando les grabaron en el curso de líderes liderazgo de la ROSCGAE en Cayambe. Mónica decía “Yo no participé, porqué dijeron que solo grababan a los presidentes y yo soy una usuaria, ni socia soy”. Silvia añadió “Claro, igual yo, tampoco soy socia. Si yo estoy en eso del agua es porqué un día me olvidé de entregar una convocatoria a mi esposo y para que no nos multaran acudí a la reunión, con la mala suerte de que ese día había elección de directiva. Y… salí de secretaria de la Junta de Agua”. Niles, a quien si habían grabado decía “Ustedes que se escondieron y por eso no les grabaron. Luego cuando vieron que se equivocaron, bien dijeron que éramos todas las personas iguales, presidentes, presidentas, usuarios o usuarias, que a todas nos grabarían”. Cada una de ellas se burlaba de las otras compañeras. El límite entre la distensión y el bullying podía ser muy fino para una persona ajena, solo ellas conocían esos límites.

Mientras conversaban decidí obviar el tema guiones. A estas alturas mi única esperanza era depositar toda mi confianza en Silvia, Mónica, Niles y Jonathan. Pero por si acaso, les entregué unas preguntas tipo para que las pensaran durante los siguientes 10 minutos… quizás no estaba depositando el 100% de mi confianza en ellas.

Empezamos. El equipo de grabación, grabaría. Las compañeras participarían alternativamente, respondiendo a las preguntas que yo les haría sin limitación de tiempo ni contenido. Inicia Silvia. Continúa Mónica. Parece que será más difícil de lo que preveíamos todas… Sigue Jonathan. Finaliza la primera ronda Niles.

Hacemos una pausa larga, conversamos un rato y nos mostramos distendidos mientras nos servimos un refrigerio. Silvia nos comenta que “Desde que empecé a participar en la Junta, luego me he ido involucrando en más cosas. Ahora estoy como parte del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social en mi parroquia”. Jonathan pregunta “¿En la parroquia habrá eso?”. Niles le responde “Haberlo lo hay”, dejando más preguntas en el aire si cabe. Mónica se muestra sorprendida “Ah, no sabía que estabas en eso Silvia. Haberme dicho, yo si sabía que estabas también me animaba a controlar lo que hacen desde la parroquia”. Cómo esas personas que hablaban tan bien lejos de una cámara se quedaban heladas frente a ella. Cómo esas ideas que fluían tan fácilmente alrededor de un refrigerio se enquistaban y salían a trompicones frente a la cámara.

Plan B… adiós guiones y cualquier tipo de encasillamiento previo. Datos reales y sus respectivas impresiones, desde sus experiencias. “6 de cada 10 mujeres han sufrido violencia de género en Ecuador. Valóralo y cuéntanos desde tu experiencia”. Silvia “Uau… esto es mucho. Muchísimo. Pero es así. Cuando recorremos las comunidades lo vemos a diario, las mujeres somos discriminadas. Algunas compañeras son golpeadas en los hogares… y los maridos no les permiten salir. Pero si ellas no participan, ellas no conocen sus derechos y no son conscientes de lo que se pierden”. Me emociono internamente. Realmente hemos logrado que Silvia haya explotado su vocación de liderazgo y que esté motivada a seguir explotándola.

Es turno de Mónica. “Además de violencia física, existen otros tipos de violencia. Qué propones hacer si una compañera de la Asociación sufre violencia de género”. Mónica “Realmente es un dato alarmante… Nosotras trabajamos por la gestión del agua, pero también tenemos la obligación de apoyar a nuestras compañeras mujeres cuando sufren violencia. Nos toca estar a su lado, apoyarles y acompañarlas en el proceso de denuncia. Los cambios pasan por empoderarnos como mujeres, por reclamar los espacios de participación y que los hombres nos cedan también nuestro espacio”. Se me escapa una lágrima interna… Hemos perdido 1 hora tontamente antes ciñéndonos a un guión, cuando realmente estas mujeres tenían la película más que clara.

El video de reivindicación feminista era solo de mujeres. Como hacemos para que Niles y Jonathan participen en otros aspectos a este nivel. “Los sectores rurales son los menos favorecidos en cobertura de agua, saneamiento e higiene versus los sectores urbanos”. Jonathan “Es totalmente injusto… nosotros somos quienes peor agua tenemos, quienes más contaminada tenemos el agua, quienes más pagamos por el servicio de agua… pero quienes menos cobertura tenemos. La Asociación velamos por eso, para que se haga justicia entre los sectores urbanos y rurales, entre los hombres y las mujeres. Y nos implicamos y cuidamos la Naturaleza, por eso coordinamos los procesos de monitoreo ambiental, porque si no fuera por las Juntas de Agua, aquí ni urbanos ni rurales beberían agua”. Éste era el nuevo… pues el nuevo tiene clara la película.

Ahora toca el turno de Niles. Si seguimos en esta línea rápido acabamos las grabaciones por hoy. “Solo el 24.8% de niños, niñas y adolescentes de la Amazonía cubren simultáneamente los servicios de agua, saneamiento e higiene. La medai Nacional es del 50.1%”. Niles “¿Qué si es injusto? Pues claro que es injusto. Totalmente. Aquí tenemos el petróleo del país, sufrimos las afectaciones de la extracción de petróleo y, en cambio, somos los menos atendidos en nuestros derechos. Y especialmente injusto es si estamos hablando de niños, niñas y adolescentes. Son el futuro, si les perjudicados a ellos, estamos perjudicando nuestro futuro”. Sabía que Niles no me podía fallar.

Ya es pasado mediodía. Las ganas de comer aprietan. Pero todas nos sentimos satisfechas. El equipo de grabación tiene material suficiente para las cápsulas de video. Silvia, Mónica, Niles y Jonathan se han acabado sintiendo muy cómodas y tienen ganas de verse en la pantalla, seguramente la de los celulares. Yo estoy satisfecho por lo que estamos logrando en este proceso, dar voz a un sector rural y a determinados colectivos de la Amazonía que ha sido históricamente vulnerados.

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